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martes, 22 de septiembre de 2009

N o sé si aún me recuerdas, nos conocimos al tiempo.
T ú, el mar y el cielo, y quien me trajo a tí.
A brazaste mis abrazos, vigilando aquel momento,aunque fuera el primero y lo guardara para mí.
S i pudiera volver a nacer, te vería cada día amanecer.
S onriendo como cada vez, como aquella vez.
. La gente mira lo que quiere ver, y no le interesa si es real o no.
Se queda con su mirada, con su prejuicio.
Si te ven como una histérica, van a tratarte como una histérica, aunque en realidad tal vez estés confundida.
La mirada de los otros puede ser muy cruel a veces, y muy ciega.
La mirada de los demás es todo, y los otros no te ven a vos, ven lo que piensan de vos
La mirada de los otros tiene sonido, voces, susurros… no se puede escapar a lo que ven de nosotros.
Todo se trata de cómo nos ven, y como vemos a los demás.
Quedamos atrapados en esa mirada, inmóviles, fijados en lo que creemos que vemos, confiando más en nuestro prejuicio que en nuestros ojos.